Por Giorgo
El aborto es siempre un drama, donde destruye por lo
menos dos vidas: vamos a intentar de recomponer una.
Los pasados días
1 y 2 de Febrero he asistido a la formación de voluntarios de “Proyecto
Raquel”, la iniciativa de la Iglesia para ayudar las mujeres que sufren el
Síndrome del Post Aborto (SPA). No obstante sea un hecho cada vez mas aceptado
en la cultura dominante, esto no elimina las consecuencias físicas, psicológicas
y espirituales de un aborto provocado para la mujer y, a veces, también de las
otras personas que han participado directa o indirectamente en la decisión o en
la eliminación de niño no nacido. El mismo hecho que se denomine legalmente
“interrupción voluntaria del embarazo” demuestra que la mentira empieza en el
lenguaje: se interrumpe algo que se supone que se puede reemprender, pero la
vida que se siega con el aborto se pierde para siempre. Lo que quiere la
Iglesia es ayudar a recuperar por lo menos la vida de la Mujer, porque “el
Evangelio de la Vida es también el Evangelio de la Misericordia”.
Qué es el síndrome Post Aborto (SPA)
Aunque la cultura
dominante lo censura, en cada aborto hay, por lo menos, dos víctimas: uno es
claramente el niño, pero otro es la mujer. Las consecuencias de un aborto
provocado, especialmente quirúrgico, son mucho más dramáticas de lo que se
suele admitir, llegándose a la censura: “son solo cuatro células”, “no se da
cuenta de nada”, “te lo quitas de encima y te olvidas”, “no es nada, muchas lo
han hecho”… Para empezar tenemos que liberarnos de mitos y prejuicios sobre el
aborto que nos han metido en la cabeza: que lo hacen sólo mujeres marginadas,
que solo ocurre por problemas económicos graves, que lo hacen sólo mujeres
jóvenes y/o sin pareja estable, que es una libre decisión de la mujer (muchas
veces es coaccionada y engañada; y hasta chantajeada), que saben lo que hacen
(no es verdad: les esconden lo que es el aborto en realidad, y ni les mencionan
las consecuencias del SPA), que los católicas no abortan, falso: incluso ocurre
con mujeres con compromisos eclesiales, que hay que dejar que decida ella sola;
es como decir “es tu problema, apáñatelas”, que a veces es caritativo dejar que
aborte. Pero el aborto nunca va a
mejorar la vida a nadie. Las mujeres sufren consecuencias que pueden salir
años más tarde e incluso: sentimiento de culpa, ansiedad, insomnio, depresiones, mayor riesgo de
suicidios, síndrome del aniversario, angustia con las cosas o personas que
asocian a su aborto, etc...
Para defenderse
las mujeres a menudo usan mecanismos inadecuados: negación “no es tan grave”, racionalización
“no tenía otra salida, era lo mejor”, compensación:
a veces busca un hijo “substituto” del que ha perdido, sublimación a veces, se convierten en activistas pro-vida: pero antes
es necesario sanarse una misma. La propuesta de “Proyecto Raquel” parte del
reconocimiento de lo que se ha hecho, con realismo.
En internet se
pueden encontrar testimonios impresionantes del dolor de mujeres que han
abortado. También hay canciones que lo dicen muy bien, aunque al oírlas hemos
pensado que se referían a la relación hombre mujer (por ejemplo: “Tenía tanto
que darte, / tantas cosas que contarte, / tenía tanto amor…”)
La iniciativa
nació en Estados Unidos en 1975, dos años después que el aborto fuera declarado
legal en el país, por iniciativa de los obispos estadounidenses que quisieron
proponer un camino de sanación a las mujeres que hubiesen abortado. Luego lo hecho
propio toda la Iglesia y en España ha empezado hace unos tres años de la mano
de María José Mansilla. La propuesta se caracteriza por su realismo humano y
espiritual: por un lado solo se puede sanar lo que se reconoce como un mal,
solo se puede perdonar cuando se qué y a quién debo perdonar, o ser perdonada;
por otro, es Dios quien sana, y lo
hace a través de su perdón y Misericordia, que se manifiesta en Cristo y actúa
a través de su Iglesia. Ellas ni se
perdonan, ni piensan que Dios puede perdonar: se sienten culpables y a menudo
tienen rencor hacia aquellos que las han impulsado o causado o ayudado a
abortar, incluidas ellas mismas. Tienen un trauma (una experiencia similar a
sentirse violadas) les hace entrar en una espiral de autodestrucción (dolor,
vacío, sufrimiento, soledad, incomprensión), piensan que no pueden compartir su
dolor.
Basado en el
sacramento de la reconciliación, Proyecto Raquel se propone solo a través de Centros de Orientación Diocesanos porque
es y quiere ser una iniciativa de Iglesia. Y ya ha arrancado, o lo está
haciendo, en 14 diócesis de España (Alcalá de Henares, Getafe, Valladolid,
Palencia, Madrid, Burgos Albacete…). En cada una de ellas Proyecto Raquel es
una red diocesana de personas preparadas y con una fuerte espiritualidad, que
les haga capaces de acompañar en el dolor y al mismo tiempo de proponer el
camino del perdón: es necesario que se apoyen y ayuden entre ellas, porque
nadie puede soportar fácilmente y solo el peso del mal. Además hay una web
nacional, con un teléfono para quien quiera pedir ayuda: http://www.proyecto-raquel.com/es/contact
El Proyecto prevé tres figuras: el consejero,
el sacerdote y, solo si hay
complicaciones que lo hagan necesario, el psicólogo (o psiquiatra). A veces hay
otras patologías o el SPA está asociado
a abusos, malos tratos, etc. a veces previos y que han influido en el aborto.
Los pasos que debe dar la mujer son sobre todo tres, que luego se desarrollan
en 10 etapas, desde cómo era yo antes del embarazo hasta el “enterrar” el niño
y confiarlo en las manos providentes de Dios, y seguir viviendo):
1) Comprender lo ocurrido e interpretarlo en su verdad: se trata de reconocer y superar
todos los mecanismos de auto-defensa que hemos mencionado (negación,
racionalización…) No es minimizando lo ocurrido como ayudamos la mujer, ya tan
sola frente a su tragedia;
2) Arrepentimiento y pedir
perdón al Padre y a los demás implicados; con-vencerse y ofrecer nuestro sincero perdón a las
personas que han participado en la decisión o en la acción de nuestro aborto.
Se trata de sacar fuera la ira y el rencor, objetivarlo para superarlo. En esta fase se propone también el perdón
sacramental
3) Reconocer que nada
está perdido: el Señor de la Misericordia que nos ha dado la vida está
dispuesto a perdonarnos todo. Puede hacer
las paces incluso con el bebe que no ha nacido. La mujer, que a menudo vive
un sentimiento de que “mi hijo está en alguna parte”, debe confiarlo al Señor y
“despedirse” de él: la vida sigue.
El Proyecto Raquel tiene un comienzo y un final: no se hace para que la consejera sea su
amiga, ni su psicóloga, ni su confesora: se
acompaña en un camino espiritual de reconciliación que es sobre todo con el
Señor. La oración es esencial: primero “rezar por”, luego “rezar con” y
finalmente enseñar a rezar. Como tal, se dirige a la persona concreta,
respetando totalmente su intimidad (solo se conoce el Nombre y el teléfono móvil
de la persona ayudada), confiando en ella, sin juzgarla, al contrario que se
sienta comprendida, acogida, amada. Proyecto Raquel es participar en la tarea
de sanación de la Iglesia misma. La relación y la atención es totalmente
personal, incluso cuando el problema se detecta en terapia de pareja, el camino
propuesto es personal.
Mi experiencia personal
Ha sido bonito
para mí conocer a María José Mansilla y D. Jesús Chavarría y sumergirme por dos
días en una experiencia de verdadera Iglesia, sabiendo que el perdón de Dios
nos espera siempre y que el pecado más grande es la desesperanza de su
Misericordia. Ver la delicadeza con la cual aconsejaban como acoger, escuchar,
acompañar la mujer, sin esconder nunca la gravedad de lo que ha hecho, pero
conscientes que el Dios de la Vida es Resurrección, es sanación.
Se me ocurre
que, más allá de la gravedad objetiva de cada pecado, todos tenemos cosas
gordas para hacernos perdonar.. y todos necesitaríamos un “Proyecto Raquel”, un
recorrido espiritual donde se nos ayude a entender el mal que hemos hecho, a
reconocer la ira y el rencor que a menudo siguen en nuestro corazón, a abrirnos
al amor salvador que nos abraza y nos perdona... algo que debería ocurrir con
cada celebración del sacramento de la reconciliación, pero que ocurre más bien
raramente, por nuestra superficialidad, falta de fe y pereza.
Otra reflexión
que me ha impresionado es la desproporción entre el poder del mal (118.000
abortos registrados en España al año… más lo de las píldoras del día después y
los no registrados….: aún así, hace unos 60 abortos al día en Catalunya) y nosotros que éramos 30 personas, de una
Diócesis de un millón de habitantes, de los que quizás 5 o 6 lleguen a ser consejeros
del Proyecto Raquel…; y que se necesitan 10 sesiones (mínimo) para acompañar
una mujer en su camino de sanación… ¡Que desproporción! Justo esta semana
pasada hemos conocido la escandalosa sentencia del Tribunal de Barcelona
absolviendo el Dr. Morín y sus ayudantes de delitos evidentes (con una evidente
manipulación de la justicia y del derecho, porque ya no hay justicia en este
país), esta sociedad prefiere mirar a otro lado y admitirlo todo, (el Señor juzgará las personas que lo han hecho y
los que les han juzgado; y ojala tenga la misericordia de corregirles en esta
vida, para que se puedan redimir).
¡Qué grande es el Mal, y qué pocos, qué
lento y fatigoso, qué poco el bien que podemos hacer…! Cuánta fatiga, cuánto
dolor, cuanto trabajo para recuperar una sola alma a la paz con Dios. Y, sin embargo, es el método de Dios:
salvarnos en persona, de uno en uno, poco a poco, sin hace ruido… Quisiéramos
un Dios que se muestre poderoso, vencedor, señor de la historia, dominador de
los medios y de la opinión pública… y en cambio, casi todo en el mundo está en
manos del enemigo, que manipula la justicia y la verdad (¡cuánta censura en
nuestros medios sobre el Proceso al Dr. Morín!). Y, sin embargo, este Dios
crucificado, que acepta ceder una parte de su Poder infinito para amar al hombre,
ya es el Señor de la Historia, ya es el Resucitado, ya es el Salvador del
mundo. Y se esconde, se sigue escondiendo en tantas personas de bien, en tantos
sagrarios, que dejamos tan a menudo tan desiertos, tan solos…. Señor, gracias
pero ¡aumenta nuestra fe!
Algunas frases
· ”No hay ningún
abismo tan profundo del cual Dios no te pueda sacar”.
· Cristo viene a
dar la Vida.
· Solo Dios salva. Nosotros
somos simples mediadores, como el hilo eléctrico que lleva la corriente y
enciende la bombilla).
· Proyecto Raquel
es un ministerio de misericordia en la Iglesia.
· “El límite del
mal es la Divina Misericordia” [Juan Pablo II].
· Solo el Señor
sana los corazones
· Cuando se sienta
perdonada, será capaz de perdonar a su vez.
· Al abrir el
corazón a la misericordia, algo cambia en su vida: el Señor recrea su corazón
de madre.
· Abortar nunca
mejora la vida a nadie.
· Es importante
haber hecho una experiencia personal de sanación de Cristo en mí para ayudar
otro a hacer el mismo camino.
· Necesitamos una
espiritualidad profunda que se alimente a diario de la liturgia y enriquecida
con la espiritualidad (y el temperamento) de cada uno.
· Ante la muerte,
dar vida.
· Respetar los
tiempos del alma.
· Acompañarla en su
viaje espiritual: ser como Dios con nosotros (no la juzgo, la acompaño, siempre
la verdad, confío en ella, le pido su confianza, respeto su ritmo, desde la
humildad, respeto su intimidad (confidencialidad absoluta).
· A menudo el drama
más profundo es la ausencia de Dios.
· Vivir de dentro
hacia fuera (no dejar que sean las cosas a llevarnos…)
· Ayudarla a acoger
la acción de Dios en su vida.
· Cuando una
persona se siente acogida y apoyada de manera incondicional, puede abrirse al
amor de Dios, fuente del amor.
· Autoestima: no
crece “mirándome al espejo”. Más bien al contrario… ”mira como soy”…, sino
sabiéndose amada por Dios.
· Yo no puedo ser
curado si no sé qué tengo. No se trata de “hurgar en la herida”, sino de
limpiarla del pus para que pueda cerrarse bien.
· Transmitir
esperanza, aún cuando todo humanamente parece imposible: Dios no solo perdona,
cura.
· Nadie hace el mal
por el mal, el demonio siempre nos pinta la tentación como una apariencia de
bien.
· Vivir el
presente, entregando el pasado a su Misericordia y el futuro a su Providencia.
· Mejor “enfadarse”
con Dios que ignorarlo…
· Para poder
perdonar, hace falta identificar qué y a quién: no se perdona “al aire”. Es
difícil que una acepte que siente rencor y que considere adecuado
exteriorizarlo.
· Entregar los
hijos perdidos a Dios por medio de María: mujer, madre, y con un hijo muerto
· Entregarlo a la
Madre del cielo para ponerlo a los pies de la Cruz.
· La desesperanza
no viene nunca de Dios.
El Centro de Orientación Familiar
de Terrassa
El COF de Terrassa es quien ha promovido esta iniciativa y esperamos en
pocos meses poder ofrecer el servicio de Proyecto Raquel en la Diócesis. De
momento, está activo el servicio de
asistencia a personas y parejas en dificultad, de matrimonio, de educación,
personales, etc..., atendiéndose a través de un servicio de voluntarios que
atiende de lunes a viernes laborables de 11h.
a 13 h. tanto por teléfono (93-733.71.20) como presencialmente en la sede de la
Diócesis. Estos voluntarios ponen en contacto los interesados con una red de
profesionales (psicólogos, pedagogos, abogados, sacerdotes, mediadores familiares,
etc.) que son los que atienden luego las personas que piden ser ayudadas.
El servicio ha empezado el 7 de Enero 2013 y necesitamos aún darlo a
conocer: mucha gente necesita ayuda y a lo mejor no lo sabe, o no se atreve, o
no sabe dónde dirigirse. Es importante hacer llegar esta información a todas
las personas y ambientes donde pueda haber gente en dificultad (matrimonios con
problemas, relaciones padres-hijos. Problemas educativos, problemas
relacionales, etc…
El Proyecto Raquel ha sido la primera iniciativa pública del recién
estrenado COF, pero ya tenemos en cartera otro curso de fin de semana de “Relación de Ayuda”, para las personas
que quieran mejorar sus habilidades de empatía, escuchar activa, asertividad,
etc.. que nos hacen más capaces de entender, acoger y asistir personas en
dificultad. Será los próximos días 4 y 5
de Mayo en Terrassa: los interesados pueden dejar su nombre en la sede del
COF
Algunas frases del Diario de Sta. Faustina Kowalska, la Santa de la
Divina Misericordia
"Aun si un alma estuviese en descomposición como un cadáver y
humanamente sin ninguna posibilidad de resurrección y todo estuviera perdido,
no sería así para Dios: un milagro de la Divina Misericordia resucitaría esta
alma en toda su plenitud. ¡Infelices los que no aprovechan de este milagro de
la Misericordia Divina! ¡Lo invocaran en vano, cuando sea demasiado
tarde!." (Diario #1448, p.510)
Los más grandes pecadores podrían alcanzar una gran santidad si
solamente tuvieran confianza en mi Misericordia. (Diario #1784)
Deseo que todo el mundo conozca mi Misericordia. Quiero conceder
gracias inauditas a aquellos que confíen en mi Misericordia. (Diario #687, p.
290)